Para llegar a la siguiente "aventura" hemos de desplazarnos unos cuántos meses... concretamente hasta Junio del 2009, cuando, por medio del foro "Hayabusa.es", me apunté para asistir a otro tipo de QDD de Hayabusas; la BusaPower. Era a segunda qe se organizaba, y, dado qe cuando el año anterior se había organizado aún no existía un foro específico de Hayabusas, no había tenido una asistencia tan numerosa (al menos en cuanto a propietarios de esta moto) como se prometía para este año :D
Así pues, gracias a un ENORME gesto de Noname (otro amigo de dixo foro), qe me ofreció su casa para dormir y así evitarme los gastos del hotel, gesto sin el cual no hubiese podido ni planteármelo, ya qe estaba en paro y la situación económicam ente era MUY difícil, pude apuntarme y, por supuesto, disfrutar muxo ;)
La ida hasta Madrid, donde se celebraría el evento, me la hice yo solo, pasando por Teruel, Albarracín y Cuenca...
Aqí dejo vídeos de lo qe hicimos ese día; primero un "vídeo-resúmen" de la jornada. Espero qe lo disfrutes...
los qe siguen son vídeos de ese mismo día, por "etapas"...
viernes, 24 de septiembre de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
ODiSEA MALPARiDA 2008
Weno, pues...
tras este "peqeño" paréntesis qe han resultado las últimas entradas, dedicadas a "pensamientos en voz alta", algunos temas moteros o relatos, reflexiones, etc... voy a volver al hilo "cronológico" qe estaba siguiendo hasta el momento, con tu permiso, por supuesto ;)
Si no me eqivoco, me había qedado en Octubre de 2008, cuando "una oleada de Hayabusas invadió CS" jejeje, así qe continuaré desde ahí... Llegaba lo más duro del invierno de nuevo, y eso suponía, por supuesto, qe se acercaba tb una fexa MUY esperada por los Malparits :D y si tú los conoces o te has leído a fondo este blog sabrás qe ya he contado aqí la de 2006 y 2007, por lo qe esta es la tercera edición documentada aqí gráficamente ;) jejeje
Siendo una fexa TAN señalada, no podía por menos qe tener ganas de compartirla y tb esta tradición malparida con alguna de "mi gente"; en este caso HayabuseroRR y XupaXúsRR, Ibancito, y Aitor y Dorleta fueron los qe pudieron sumarse a este día de ruta.
Si en 2006 hubieron fotos, y en 2007 MUXAS fotos, en 2008 había qe seguir la progresión, así qe no me servía cualqier cosa ;) y como se dice eso de qe una imágen vale más qe mil palabras aqí dejo alguna imágenes :P
No se trata de un vídeo, no, sinó de SEiS!!! jejeje por etapas!!! así qe ve mirándotelos con calma y cuando qieras o puedas, qe de aqí no se mueven ;) jejeje
tras este "peqeño" paréntesis qe han resultado las últimas entradas, dedicadas a "pensamientos en voz alta", algunos temas moteros o relatos, reflexiones, etc... voy a volver al hilo "cronológico" qe estaba siguiendo hasta el momento, con tu permiso, por supuesto ;)
Si no me eqivoco, me había qedado en Octubre de 2008, cuando "una oleada de Hayabusas invadió CS" jejeje, así qe continuaré desde ahí... Llegaba lo más duro del invierno de nuevo, y eso suponía, por supuesto, qe se acercaba tb una fexa MUY esperada por los Malparits :D y si tú los conoces o te has leído a fondo este blog sabrás qe ya he contado aqí la de 2006 y 2007, por lo qe esta es la tercera edición documentada aqí gráficamente ;) jejeje
Siendo una fexa TAN señalada, no podía por menos qe tener ganas de compartirla y tb esta tradición malparida con alguna de "mi gente"; en este caso HayabuseroRR y XupaXúsRR, Ibancito, y Aitor y Dorleta fueron los qe pudieron sumarse a este día de ruta.
Si en 2006 hubieron fotos, y en 2007 MUXAS fotos, en 2008 había qe seguir la progresión, así qe no me servía cualqier cosa ;) y como se dice eso de qe una imágen vale más qe mil palabras aqí dejo alguna imágenes :P
No se trata de un vídeo, no, sinó de SEiS!!! jejeje por etapas!!! así qe ve mirándotelos con calma y cuando qieras o puedas, qe de aqí no se mueven ;) jejeje
REFLEXiONES MOTERAS...
Ayer por la noxe estaba hablando con un amigo por el msn sobre temas de motos (para variar... jejejeje) y surgió un tema qe a ambos nos parece interesante y sobre el qe a menudo yo he reflexionado, así qe pensé en "rescatarlo" para ponerlo aqí ;) .
Se trata del tema del APRENDiZAJE motero... o, más bien, de la ACTiTUD ante este aprendizaje; la actitud qe tomamos cada uno.
Y es qe a menudo me soprende qe cierta gente, cierto tipo de gente, no sepa algunas cosas sobre "la moto y su circunstancia"; la moto, su comportamiento (inercias, técnicas aplicables para la conducción aprovexando esas inercias...) y demás, pero aún más me sorprende qe esa gente no lo entienda cuando se lo explicas. Qe no sólo no lo entienda sinó qe rexace de plano cualqier mínimo esfuerzo por su parte o interés en entenderlo ya me resulta especialmente desconcertante.
Cuando digo "cierta gente, cierto tipo de gente", me refiero a gente qe ya tiene una experiencia en motos y qe, a priori, ya debería de tener claros algunos de esos conceptos. Esas personas qe, con supuesta experiencia, no entienden ni qieren considerar algunos de esos puntos básicos.
Para mí, se trata del típico perfil de motero "supuestamente" veterano qe cuando llevaba, por ejemplo, 5años en moto decidió qe YA tenía experiencia, qe YA tenía todos los conocimientos, qe YA lo sabía todo y su aprendizaje había terminado. En eso se qedó, y en eso sigue, pensando qe no hay más qe necesite aprender.
Qé idea TAN absurda me resulta esa, y qé peligroso puede llegar a ser el pensar así aunqe, como mínimo, incluso si no entraña peligro, siempre te impide avanzar y seguir aprendiendo y disfrutando cada vez más y más profundamente de este maravilloso mundo de sensaciones del qe tánto me encanta hablar, jeje.
A ver si puedo explicar cómo lo veo yo (algo qe en este caso específico es acerca de la moto, pero qe tb resulta aplicable a cualqier otro ámbito de la vida; ya sea la cultura general, específica, las relaciones personales, la vida privada, el trabajo...), veamos...
... creo qe podemos convenir en qe hay ciertos principios básicos, como decía, qe adqieres al principio de tu vida motera.
Esos conceptos vienen a menudo de consejos qe te dan los qe saben más qe tú para exarte un cable, para qe te sea más sencillo aprender y coger experiencia y seguridad sobre la moto. No qieren, con buen criterio, complicarte la vida con asuntos excesivamente complejos al principio, y lo hacen para qe sigas adelante con la afición y el aprendizaje. Sin llenarte la cabeza de datos abrumadores demasiado pronto pero los suficientes para no matarte por el camino.
Pero esos conceptos, creo, deben comprobarse y reajustarse cuando llevas cierto tiempo, reconsiderarlos y aplicarles algunas especificaciones, algunas "excepciones" qe cambian la regla y la amplían, dándole muxos matices. Son matices qe, como decía antes, no te van a explicar al principio... pq acabarías con la cabeza como un bombo O_o , pero qe puedes (y en mi opinión DEBES) ir introduciendo en tu vida, en tu cultura motera, y asimilando según avanzas en el camino de tu experiencia.
El problema es esa gente (la hay en abundancia) qe conserva sólo esas ideas básicas y ahí se qeda, en eso sigue, de ahí no sale... como le dijeron qe si toca el freno en curva se cae, de eso no le vas a sacar por más qe se lo expliqes, pq no es capaz de ver más allá, y lo más triste es qe suelen no ser capaces pq están predispuestos a no serlo; están encantados con ese concepto qe tienen y no hay más qe hacer, no abrirán su mente a nuevas puntualizaciones, a peqeños "retoqes" por más qe lo intentes y por buenas qe sean las intenciones.
Cuando pienso en eso siempre tengo un ejemplo en mente; a mí me gusta el lenguaje (supongo qe de ahí, en parte, la idea/necesidad de crear este blog, este espacio para expresar en palabras lo qe me pasa por la mente), pero los números no son lo mío. Nunca lo han sido pq me resultaron desde un principio algo complejos de comprender y los números no se aprenden, se entienden o no, pero no se pueden "estudiar", así qe supongo qe precisamente por eso me viene a la mente, me resulta especialmente ilustrativo y me sirve este ejemplo, qe es el siguiente;
a alguien se le ocurre coger a un niño/a de 4 ó 5 años y tratar de explicarle qe hay números positivos y negativos? alguien intenta llenarle la cabeza con qe existen los decimales? o qe hay cosas como las raíces cuadradas, las ecuaciones, los límites...?
Creo qe NO, o al menos yo no conozco a nadie.
Qé hacemos en lugar de eso? le explicamos una idea básica, primaria; los números. Empiezan desde cero y van subiendo... hasta cuánto sabes contar? recuerdas ser niño y hacer o qe te hagan esa pregunta? Luego viene sumar y restar... con el tiempo te enseñan qe tb se puede multiplicar y dividir. Más adelante los decimales, los números negativos... y así poco a poco, para qe el niño lo pueda ir asimilando ;)
Puede uno vivir toda su vida sabiendo "sólo" los números positivos, sumar, restar, multiplicar y dividir? POR SUPUESTO.
Hay un mundo inmenso más allá de eso y qe si te gusta puede ser muy interesante estudiar? DESDE LUEGO!!!
A mí, al menos, me resulta un ejemplo estupendo y esclarecedor; en la moto, en la conducción qe es tb nuestra seguridad además de nuestro disfrute, en la vida y en todos sus aspectos... no nos qedemos sólo con los números positivos, sumar y restar.
Estemos abiertos a aceptar qe hay muxísimos matices más allá de eso; no se trata de obsesionarse con el ansia de conocimiento, pero tener la mente abierta y los oídos dispuestos a aprender cosas nuevas cada día o sensillamente enterarnos de nuevos matices para los conocimientos ya adqiridos es algo conveniente, estimulante... nos hace seguir vivos!!! nos hace disfrutar cada vez más de la vida.
Qé razón tiene ese dixo; NUNCA TE ACOSTARÁS SiN SABER UNA COSA MÁS.
(Si estás dispuesto a ello ;) jejeje)
Perdona de nuevo por este ladrillo de mis pensamientos; gracias por leerme y por tu tiempo si has llegado hasta aqí acompañando mis divagaciones!!!
Lucas.
Se trata del tema del APRENDiZAJE motero... o, más bien, de la ACTiTUD ante este aprendizaje; la actitud qe tomamos cada uno.
Y es qe a menudo me soprende qe cierta gente, cierto tipo de gente, no sepa algunas cosas sobre "la moto y su circunstancia"; la moto, su comportamiento (inercias, técnicas aplicables para la conducción aprovexando esas inercias...) y demás, pero aún más me sorprende qe esa gente no lo entienda cuando se lo explicas. Qe no sólo no lo entienda sinó qe rexace de plano cualqier mínimo esfuerzo por su parte o interés en entenderlo ya me resulta especialmente desconcertante.
Cuando digo "cierta gente, cierto tipo de gente", me refiero a gente qe ya tiene una experiencia en motos y qe, a priori, ya debería de tener claros algunos de esos conceptos. Esas personas qe, con supuesta experiencia, no entienden ni qieren considerar algunos de esos puntos básicos.
Para mí, se trata del típico perfil de motero "supuestamente" veterano qe cuando llevaba, por ejemplo, 5años en moto decidió qe YA tenía experiencia, qe YA tenía todos los conocimientos, qe YA lo sabía todo y su aprendizaje había terminado. En eso se qedó, y en eso sigue, pensando qe no hay más qe necesite aprender.
Qé idea TAN absurda me resulta esa, y qé peligroso puede llegar a ser el pensar así aunqe, como mínimo, incluso si no entraña peligro, siempre te impide avanzar y seguir aprendiendo y disfrutando cada vez más y más profundamente de este maravilloso mundo de sensaciones del qe tánto me encanta hablar, jeje.
A ver si puedo explicar cómo lo veo yo (algo qe en este caso específico es acerca de la moto, pero qe tb resulta aplicable a cualqier otro ámbito de la vida; ya sea la cultura general, específica, las relaciones personales, la vida privada, el trabajo...), veamos...
... creo qe podemos convenir en qe hay ciertos principios básicos, como decía, qe adqieres al principio de tu vida motera.
Esos conceptos vienen a menudo de consejos qe te dan los qe saben más qe tú para exarte un cable, para qe te sea más sencillo aprender y coger experiencia y seguridad sobre la moto. No qieren, con buen criterio, complicarte la vida con asuntos excesivamente complejos al principio, y lo hacen para qe sigas adelante con la afición y el aprendizaje. Sin llenarte la cabeza de datos abrumadores demasiado pronto pero los suficientes para no matarte por el camino.
Pero esos conceptos, creo, deben comprobarse y reajustarse cuando llevas cierto tiempo, reconsiderarlos y aplicarles algunas especificaciones, algunas "excepciones" qe cambian la regla y la amplían, dándole muxos matices. Son matices qe, como decía antes, no te van a explicar al principio... pq acabarías con la cabeza como un bombo O_o , pero qe puedes (y en mi opinión DEBES) ir introduciendo en tu vida, en tu cultura motera, y asimilando según avanzas en el camino de tu experiencia.
El problema es esa gente (la hay en abundancia) qe conserva sólo esas ideas básicas y ahí se qeda, en eso sigue, de ahí no sale... como le dijeron qe si toca el freno en curva se cae, de eso no le vas a sacar por más qe se lo expliqes, pq no es capaz de ver más allá, y lo más triste es qe suelen no ser capaces pq están predispuestos a no serlo; están encantados con ese concepto qe tienen y no hay más qe hacer, no abrirán su mente a nuevas puntualizaciones, a peqeños "retoqes" por más qe lo intentes y por buenas qe sean las intenciones.
Cuando pienso en eso siempre tengo un ejemplo en mente; a mí me gusta el lenguaje (supongo qe de ahí, en parte, la idea/necesidad de crear este blog, este espacio para expresar en palabras lo qe me pasa por la mente), pero los números no son lo mío. Nunca lo han sido pq me resultaron desde un principio algo complejos de comprender y los números no se aprenden, se entienden o no, pero no se pueden "estudiar", así qe supongo qe precisamente por eso me viene a la mente, me resulta especialmente ilustrativo y me sirve este ejemplo, qe es el siguiente;
a alguien se le ocurre coger a un niño/a de 4 ó 5 años y tratar de explicarle qe hay números positivos y negativos? alguien intenta llenarle la cabeza con qe existen los decimales? o qe hay cosas como las raíces cuadradas, las ecuaciones, los límites...?
Creo qe NO, o al menos yo no conozco a nadie.
Qé hacemos en lugar de eso? le explicamos una idea básica, primaria; los números. Empiezan desde cero y van subiendo... hasta cuánto sabes contar? recuerdas ser niño y hacer o qe te hagan esa pregunta? Luego viene sumar y restar... con el tiempo te enseñan qe tb se puede multiplicar y dividir. Más adelante los decimales, los números negativos... y así poco a poco, para qe el niño lo pueda ir asimilando ;)
Puede uno vivir toda su vida sabiendo "sólo" los números positivos, sumar, restar, multiplicar y dividir? POR SUPUESTO.
Hay un mundo inmenso más allá de eso y qe si te gusta puede ser muy interesante estudiar? DESDE LUEGO!!!
A mí, al menos, me resulta un ejemplo estupendo y esclarecedor; en la moto, en la conducción qe es tb nuestra seguridad además de nuestro disfrute, en la vida y en todos sus aspectos... no nos qedemos sólo con los números positivos, sumar y restar.
Estemos abiertos a aceptar qe hay muxísimos matices más allá de eso; no se trata de obsesionarse con el ansia de conocimiento, pero tener la mente abierta y los oídos dispuestos a aprender cosas nuevas cada día o sensillamente enterarnos de nuevos matices para los conocimientos ya adqiridos es algo conveniente, estimulante... nos hace seguir vivos!!! nos hace disfrutar cada vez más de la vida.
Qé razón tiene ese dixo; NUNCA TE ACOSTARÁS SiN SABER UNA COSA MÁS.
(Si estás dispuesto a ello ;) jejeje)
Perdona de nuevo por este ladrillo de mis pensamientos; gracias por leerme y por tu tiempo si has llegado hasta aqí acompañando mis divagaciones!!!
Lucas.
lunes, 22 de febrero de 2010
HAYABUSA EN iNViERNO!!!
Aqí qiero dejar esto, qe ha colgado un compañero en el foro de Hayabusa.es, pq me parece impresionante, sin más :O :O :O ...
martes, 22 de diciembre de 2009
EN STANDBY...
Lo cierto es qe últimamente he tenido esto bastante abandonado... la situación general del país (esa arxi-conocida crisis) afecta a todo y a todos, y los últimos meses han sido especialmente complicados, por lo qe he ido dejando de lado paulatinamente, sin darme cuenta, algunas de las cosas qe, aún siendo menos acuciantes, no por ello son menos importantes. Más bien al contrario, lo son más qe nada...
Son esas peqeñas cosas qe en realidad son muy grandes, esos detalles qe están ahí y qe, tal vez por eso mismo, descuidas sin darte cuenta cuando otras necesidades llaman a tu puerta u otro estado de ánimo se adueña de lo qe normalmente es tu forma de ser.
Sí; todos necesitamos a veces un peqeño respiro.
Por supuesto, retirarnos a lo más hondo de nosotros mismos es algo qe a menudo hacemos sin percatarnos de ello y las pocas veces en qe asomamos la cabeza de ese peqeño refugio de nuestra mente suele ser, en esos momentos, sólo para apoyarnos en esa persona tan especial con la qe, con suerte, compartimos nuestra vida y tb nuestras cargas...
Si somos realmente afortunados, puede qe tengamos tb una familia con la qe contar, o buenos amigos, de esos qe a menudo acaban siendo más familia de uno qe los propios parientes de sangre. Al final, y sin darnos cuenta, como comentaba, se establece ese retiro involuntario o, más bien, inconsciente, qe nos aparta de algunas de las cosas qe solíamos hacer, o de algunas de las personas, incluso, en qienes más confiamos. Y, sin ser conscientes de ello, nos vamos distanciando de ese modo de nosotros mismos; en ese intento de encontrar lo seguro y confortable de nuestro propio ser y arroparnos en ello, nos encontramos de repente más solos, más alejados de los demás, e incluso de nosotros mismos, pues ese alejamiento de las personas qe qeremos y de las cosas qe nos llenaban nos han privado de la alegría y la seguridad qe precisamente andábamos buscando.
Es un ciclo qe se completa y qe hay qe romper para no caer en la rueda fácil del autocompadecimiento o, peor aún, incluso la depresión. Rueda qe, una vez iniciado el movimiento, va tomando cada vez más velocidad y es más difícil de detener...
No, es complicado evitarlo, pero no hay qe caer en ello; si tienes suerte y esas personas qe te rodean te aprecian, como ha sido la inmensa suerte de mi situación, de tener gente como tú, qe lees esto, qe me ha animado y apoyado incluso en los más "oscuros" momentos, sales de nuevo a la luz.
Este es mi caso; he podido salir adelante, no sin una gran dosis de fortaleza, una aún mayor de ayuda, paciencia, confianza... de nuevo la cosa se mueve, pero esta vez hacia adelante, en la dirección adecuada. De nuevo me siento con ganas de hacer cosas, de disfrutarlas como siempre pero, sobretodo, de contarlas!!!
Sí; esto ha estado en STANDBY, ha estado bastante parado y puede qe aún pase algo de tiempo adormecido, pero espero ir llenando pronto otra vez este espacio con aventuras... con viajes, con risas, con recuerdos... con MOMENTOS ;)
Son esas peqeñas cosas qe en realidad son muy grandes, esos detalles qe están ahí y qe, tal vez por eso mismo, descuidas sin darte cuenta cuando otras necesidades llaman a tu puerta u otro estado de ánimo se adueña de lo qe normalmente es tu forma de ser.
Sí; todos necesitamos a veces un peqeño respiro.
Por supuesto, retirarnos a lo más hondo de nosotros mismos es algo qe a menudo hacemos sin percatarnos de ello y las pocas veces en qe asomamos la cabeza de ese peqeño refugio de nuestra mente suele ser, en esos momentos, sólo para apoyarnos en esa persona tan especial con la qe, con suerte, compartimos nuestra vida y tb nuestras cargas...
Si somos realmente afortunados, puede qe tengamos tb una familia con la qe contar, o buenos amigos, de esos qe a menudo acaban siendo más familia de uno qe los propios parientes de sangre. Al final, y sin darnos cuenta, como comentaba, se establece ese retiro involuntario o, más bien, inconsciente, qe nos aparta de algunas de las cosas qe solíamos hacer, o de algunas de las personas, incluso, en qienes más confiamos. Y, sin ser conscientes de ello, nos vamos distanciando de ese modo de nosotros mismos; en ese intento de encontrar lo seguro y confortable de nuestro propio ser y arroparnos en ello, nos encontramos de repente más solos, más alejados de los demás, e incluso de nosotros mismos, pues ese alejamiento de las personas qe qeremos y de las cosas qe nos llenaban nos han privado de la alegría y la seguridad qe precisamente andábamos buscando.
Es un ciclo qe se completa y qe hay qe romper para no caer en la rueda fácil del autocompadecimiento o, peor aún, incluso la depresión. Rueda qe, una vez iniciado el movimiento, va tomando cada vez más velocidad y es más difícil de detener...
No, es complicado evitarlo, pero no hay qe caer en ello; si tienes suerte y esas personas qe te rodean te aprecian, como ha sido la inmensa suerte de mi situación, de tener gente como tú, qe lees esto, qe me ha animado y apoyado incluso en los más "oscuros" momentos, sales de nuevo a la luz.
Este es mi caso; he podido salir adelante, no sin una gran dosis de fortaleza, una aún mayor de ayuda, paciencia, confianza... de nuevo la cosa se mueve, pero esta vez hacia adelante, en la dirección adecuada. De nuevo me siento con ganas de hacer cosas, de disfrutarlas como siempre pero, sobretodo, de contarlas!!!
Sí; esto ha estado en STANDBY, ha estado bastante parado y puede qe aún pase algo de tiempo adormecido, pero espero ir llenando pronto otra vez este espacio con aventuras... con viajes, con risas, con recuerdos... con MOMENTOS ;)
viernes, 4 de septiembre de 2009
MANUAL DE CONDUCCiÓN DEL DR.iNFERNO
Este es un enlace de los qe más he visitado desde qe empecé a llevar "motos grandes"; lo descubrí por casualidad, tratando de encotrar en internet información sobre conducción qe pudiera serme de utilidad y facilitarme el aprendizaje.
Desde entonces se ha convertido sin duda en un "libro de cabecera" qe consulto a menudo; a veces para refrescar algunos conceptos, otras veces para "redescubrir" algunas cosas... pero siempre encuentro algo nuevo qe me es de utilidad, ya sea por una reedición del autor o pq algo qe ya había leído cobra un nuevo significado después de las últimas experiencias ;)
El manual trata desde los conceptos más básicos de la conducción de moto hasta las técnicas más avanzadas, pero siempre explicado con total claridad, un lenguaje muy exacto pero nunca complicado, e ilustraciones, fotos o capturas de movimiento...
Espero qe te sea la mitad de útil de lo qe me resulta a mí, qe ya sería muxísimo ;)
http://perso.wanadoo.es/jcgtortosa/pilotaje.htm
Sirva esto para expresar mi más sincera gratitud a su autor y tb de humilde "homenaje" al buen hacer de esta persona qe, desinteresadamente, ha creado un manual tan completo, didáctico y, sobretodo, comprensible para todos.
MUXAS GRACiAS, DR.iNFERNO!!!
Desde entonces se ha convertido sin duda en un "libro de cabecera" qe consulto a menudo; a veces para refrescar algunos conceptos, otras veces para "redescubrir" algunas cosas... pero siempre encuentro algo nuevo qe me es de utilidad, ya sea por una reedición del autor o pq algo qe ya había leído cobra un nuevo significado después de las últimas experiencias ;)
El manual trata desde los conceptos más básicos de la conducción de moto hasta las técnicas más avanzadas, pero siempre explicado con total claridad, un lenguaje muy exacto pero nunca complicado, e ilustraciones, fotos o capturas de movimiento...
Espero qe te sea la mitad de útil de lo qe me resulta a mí, qe ya sería muxísimo ;)
http://perso.wanadoo.es/jcgtortosa/pilotaje.htm
Sirva esto para expresar mi más sincera gratitud a su autor y tb de humilde "homenaje" al buen hacer de esta persona qe, desinteresadamente, ha creado un manual tan completo, didáctico y, sobretodo, comprensible para todos.
MUXAS GRACiAS, DR.iNFERNO!!!
jueves, 27 de agosto de 2009
LUCAS TiME
La noche había sido larga; las ganas y la emoción no le habían dejado conciliar el sueño, como un niño pequeño la noche antes de reyes, esperando impaciente a que amanezca para poder descubrir sus regalos. Por fin empezaban a escucharse los primeros cantos de los pájaros; señal de que el sol tardaría poco en asomar.
Incapaz de esperar más, Lucas se levantó y se enfundó el traje de piel, esperando al último momento para ponerse las botas, pues éstas eran ruidosas de por sí y él no quería despertar innecesariamente a su mujer, que se quedaba en la cama, durmiendo, cuando él estaba a punto de embarcarse en ese viaje que llevaba meses esperando.
Una vez listo, se acercó lo más silenciosamente posible a dar un beso de despedida a esa persona que se quedaba allí, durmiendo, pero también aguardando su regreso. Al contemplarla, ahí, dormida como un ángel, ajena en ese momento a todo lo que él podía encontrarse en el camino, se le encogió el corazón… “ten mucho cuidado en la carretera”, pensó para sí mismo, “que ya sabes lo que dejas en casa, esperándote”.
Así pues, bajó al garaje, cargado con alforjas, casco y demás, para sacar la moto y emprender la marcha. En tan sólo unos minutos se había puesto el traje de agua, ya que el tiempo lo aconsejaba, colocado las alforjas y la moto estaba ronroneando, lista y preparada para los kms que harían juntos ese día; un día que había amanecido lluvioso y tal vez para cualquier otra persona, o incluso para el mismo Lucas en otras circunstancias, triste y gris… pero no era el caso, no esta vez. La perspectiva de las horas de moto que tenía por delante, de los cientos de kilómetros que iba a recorrer sin mayor horario que el que él mismo quisiera imponerse, de los amigos con los que se encontraría en destino, teñían todo el día de un amplio abanico de colores y matices.
Y allí estaba ella; su SUZUKi Hayabusa, que le había regalado inolvidables momentos de felicidad, que le había permitido el hacer amigos en tan diversos lugares, gracias a viajes, concentraciones y quedadas, y que había sido en todo momento su mejor aliada contra las condiciones más adversas posibles, esperando, paciente pero dispuesta.
Saboreando cada sorbo de ese gélido aire matinal, aún de madrugada, engranó la primera velocidad, haciendo escucharse en todo el todavía dormido vecindario (o así se lo pareció a él) ese sonoro y característico “clonck” que todo motero conoce y con el que empiezan siempre las mejores aventuras a lomos de una moto.
En unos minutos estaba ya en la gasolinera, donde el dependiente le saludó, casi incrédulo, en una mezcla de sueño y sorpresa, y pocos minutos más tarde emprendía, por fin, tras toda una noche de espera y los preámbulos indispensables, su viaje.
Y era justo entonces cuando despuntaba el alba; el día asomaba tímidamente entre las nubes con unos colores entre anaranjados y rosáceos que destilaban ilusión… dejando la vía secundaria que le alejaba poco a poco de su casa e incorporándose a la autovía para recorrer los pocos kilómetros del día que no iban a ser por carreteras comarcales, Lucas se dirigía a uno de sus puertos favoritos, que había seleccionado cuidadosamente incluyéndolo en la ruta del día para, digamos, empezar con buen pie.
Pasado ese tramo de curvas, en el que encontró aún menos tráfico del habitual dadas las horas que eran y en el que aún seguía asombrándose como el primer día por la belleza de los parajes que lo envolvían, empezaba una zona ya menos conocida. Y así, poco a poco, se alejaba de sus itinerarios frecuentes según los kms pasaban, acompañado en todo momento de esa fina lluvia que había estado presente toda la semana pero que no conseguía empañar su ánimo lo más mínimo.
Después de poco más de 200kms, decidió que había llegado el momento de hacer una parada en una estación de servicio; no era porque la moto necesitase realmente repostar, ya que el consumo resultaba muy contenido a su velocidad de crucero habitual, sinó porque rodar una buena cantidad de kilómetros rodeado de la espesa niebla presente en el último puerto requería una gran concentración y resultaba mucho más cansado, por lo que se imponía la prudencia y ésta obligaba a un descanso, siendo ese, además, uno de los últimos surtidores de la zona que él tenía controlada… y no había que olvidar que había salido de casa antes de lo previsto, así que el tiempo no suponía un problema.
Llenaba el depósito cuando oyó acercarse el inconfundible sonido de una DUCATi junto con otro que parecía, simplemente, el de una japonesa… no tardaron en entrar en la gasolinera las dos motos, ambas cargadas con equipaje y una de ellas, la japonesa que resultó ser una CBR 1000F, llevando “paquete”. Lucas se giró irremediablemente hacia ellos, cerrando el puño para luego mostrarles los dos dedos en forma de “V”, como inequívoco saludo de reconocimiento motero, a lo que ambos respondieron con sendos gestos. Unos minutos después, estaba intercambiando con ellos opiniones e impresiones sobre sus motos, como si de amigos de toda la vida se tratase, mientras el paquete de la Honda les miraba como extrañada de tal familiaridad, y es que si uno no era habitual de este mundo motero, podía resultar desconcertante la camaradería que suele acompañarlo.
Tras aconsejarse mutuamente cuidado, y viendo que la bruma se hacía menos densa, el improvisado grupo se separaba, ya que Lucas seguía adelante con su ruta, pero no pasarían muchos kilómetros antes de que escuchase de nuevo el característico sonido del motor bi-cilíndrico italiano… estaba parado, bajo la lluvia, esperando luz verde en el único semáforo que regulaba el tráfico de la travesía de un pequeño pueblo, cuando se le unieron de nuevo las dos motos que poco antes había dejado atrás, en la gasolinera.
El semáforo dio paso y los tres empezaron una andadura juntos… al poco de salir del pueblo, la lluvia empezó a arreciar y se vio además acompañada de un muro de niebla (si bien, tras lo que había pasado anteriormente, a Lucas aquello le parecía casi hasta sencillo en comparación), lo cual hizo que disfrutase más aún si cabe del tramo de unos 40-50kms que encontró algo más adelante y en que niebla y lluvia dieron tregua por un breve espacio de tiempo; un tramo de curvas rápidas enlazadas que discurrían por un precioso paisaje y en que el asfalto, a pesar de estar húmedo, daba confianza por el buen agarre y estaba además limpio por los muchos, seguidos y constantes litros de agua que habían caído sobre él en los últimos días. Así pues, ese trozo les dio la oportunidad de disfrutar de la conducción en grupo a "ritmo"; fluída, fina, casi compenetrada y a una marcha ligera, aunque segura y precavida, pero que permitía ir abriendo antes y en mayor medida el gas a la salida de las curvas e ir hilándolas, una tras otra, de ese modo que siempre hacía que a Lucas se le fuera dibujando una sonrisa debajo del casco y que la tierra dejase de dar vueltas. Los problemas, el paro, la crisis… todo se diluía o simplemente desaparecía durante unos preciosos instantes, la carretera se mostraba como un camino claro y "legible" a seguir y él se sentía como un niño; feliz, bailando con su Hayabusa de curva en curva con un entendimiento entre ambos que no necesitaba de palabras, ni siquiera de pensamientos, sinó de sensaciones y confianza... creo que posiblemente, si eres motero y has tenido la suerte de disfrutar de momentos como ese, hace ya rato que sabes a qué me refiero exactamente. Los kilómetros iban sucediéndose rápidamente de ese modo, hasta que llegó el momento de parar de nuevo a repostar; parada que sus improvisados acompañantes hicieron también y donde le alegró profundamente que las primeras palabras que captasen sus oídos al llegar a la gasolinera, parar ante el surtidor y quitarse el casco fuesen: "¡¡¡hay que ver, tío!!! ¡¡¡un 10 para ti!!! ¡¡¡qué bien me lo he pasado este trozo siguiendo tu rueda!!! ¡¡¡impresionante!!!" No estando seguro de si iban dirigidas hacia él, se giró para comprobarlo, encontrándose por toda respuesta con las caras sonrientes de los otros dos moteros, que le miraban pletóricos…
A Lucas, como a cualquiera, le llegaban los halagos y le gustaba oirlos, pero no era menos cierto que le llenó especialmente ese, sobretodo viniendo de una gente que en realidad casi no conocía, en un momento en que él mismo había sentido lo mismo, y habiendo sido él el cabeza de grupo de una forma completamente fortuita... además, el hecho de ver que le decían sinceramente que lo habían pasado tan bien a pesar de las inclemencias del tiempo y que se habían olvidado de ello para disfrutar del mismo modo que él de esa pasión por la moto, sobretodo siendo al fin y al cabo extraños, le hizo valorar aún más que hubiesen disfrutado juntos, de esa forma tan especial, los últimos kms. Mientras todos ellos echaban combustible, se sucedían los intercambios de impresiones, risas y comentarios de unos a otros... pero tal vez lo más bonito, incluso, era que hasta la acompañante que seguía sentada en el asiento de atrás de la CBR, quien en su primer encuentro les había estado observando con desconcierto, se había hecho todo ese tirón de kms en el asiento de atrás y parecía haber disfrutado tánto o más que ellos, los pilotos, sin muestra alguna de fatiga... incluso ella no sólo no había proferido queja alguna, sinó que no perdía la sonrisa en ningún momento, como contagiada por ese espíritu motero.
A partir de ese punto, al parecer, sus caminos se separaban, de modo que Lucas retomaba su aventura en solitario, acompañado sólo de su Hayabusa, pensativo.
Cuántos momentos como ese le brindaba a menudo esta pasión, cuántas vidas entrecruzadas con un denominador común… qué caracteres, edades, culturas y gustos tan dispares podía llegar a unir ese mundo tan mágico. Sí; lo cierto era que a pesar de las diferencias los moteros eran gente hecha de una pasta especial… ¿o tal vez fuesen todo imaginaciones suyas? Bien era cierto que sus amigos y familiares le repetían constantemente que lo suyo no era normal, que por sus venas corría gasolina… pero era algo más que eso, su corazón era un tetra-cilíndrico… seguramente gran parte de la culpa de ello la tenía la influencia que sobre él había tenido desde pequeño el ver a sus hermanos mayores vistiendo su trajes de cuero a lomos de sus enormes motos, cargadas hasta los topes, que partían con sus novias camino de increíbles aventuras…
Sí, no cabía duda de que eso había sido la semilla de todo, el motivo más directo de que él se interesase al principio por las dos ruedas, habiéndolas idealizado. Pero en realidad la clave de esa pasión por la moto estaba en las increíbles experiencias con que ésta le había obsequiado desde sus primeros pasos moteros, lo cual había nutrido esa semilla y la había hecho florecer con tanta fuerza.
Con esos pensamientos en mente recorrió muchos más kilómetros, hasta que la tercera y última parada del viaje se hizo necesaria.
Ya casi estaba en su destino; las horas habían pasado increíblemente deprisa, como también los kms, y en lugar de sentirse aliviado por la proximidad del final del trayecto, Lucas se sorprendía a si mismo deseando estar más lejos de su objetivo, del que ya apenas le separaban un centenar de kilómetros, para tener más tiempo con su moto...
Una hora después, aproximadamente, llegaba al hotel en que iba a encontrarse con quienes ya se habían convertido en verdaderos amigos y también con conocidos de Internet a los que iba a ver por primera vez y de los que no dudaba que tampoco tardarían en serlo.
Apenas había llegado y aparcado la moto cuando vio salir por la puerta principal a dos de ellos (uno de Galicia y otro de Bilbao) con una gran sonrisa en la cara y los brazos bien abiertos para recibirlo con el mayor y más sincero de los abrazos.
Sí, había llegado. El viaje se le había hecho corto; poco rato antes había deseado que éste hubiese durado más, pero en ese instante se alegraba profundamente de estar ya con sus amigos… ese iba a ser, sin duda, un fin de semana que le iba a dar muchos de esos momentos que ya no se olvidan.
¿Cómo era posible sentir tanta calidez rodeado de esas personas a las que hacía unos meses que no veía?… esa era la fuerza de esos momentos; la magia de ese tiempo robado a la vida cotidiana, el espíritu de ese tiempo para disfrutar de lo más sencillo, un tiempo que desearía poder compartir con su mujer, que no solía poder acompañarle, pero un tiempo también para sí mismo. Un tiempo de Lucas.
LucasTime.
Incapaz de esperar más, Lucas se levantó y se enfundó el traje de piel, esperando al último momento para ponerse las botas, pues éstas eran ruidosas de por sí y él no quería despertar innecesariamente a su mujer, que se quedaba en la cama, durmiendo, cuando él estaba a punto de embarcarse en ese viaje que llevaba meses esperando.
Una vez listo, se acercó lo más silenciosamente posible a dar un beso de despedida a esa persona que se quedaba allí, durmiendo, pero también aguardando su regreso. Al contemplarla, ahí, dormida como un ángel, ajena en ese momento a todo lo que él podía encontrarse en el camino, se le encogió el corazón… “ten mucho cuidado en la carretera”, pensó para sí mismo, “que ya sabes lo que dejas en casa, esperándote”.
Así pues, bajó al garaje, cargado con alforjas, casco y demás, para sacar la moto y emprender la marcha. En tan sólo unos minutos se había puesto el traje de agua, ya que el tiempo lo aconsejaba, colocado las alforjas y la moto estaba ronroneando, lista y preparada para los kms que harían juntos ese día; un día que había amanecido lluvioso y tal vez para cualquier otra persona, o incluso para el mismo Lucas en otras circunstancias, triste y gris… pero no era el caso, no esta vez. La perspectiva de las horas de moto que tenía por delante, de los cientos de kilómetros que iba a recorrer sin mayor horario que el que él mismo quisiera imponerse, de los amigos con los que se encontraría en destino, teñían todo el día de un amplio abanico de colores y matices.
Y allí estaba ella; su SUZUKi Hayabusa, que le había regalado inolvidables momentos de felicidad, que le había permitido el hacer amigos en tan diversos lugares, gracias a viajes, concentraciones y quedadas, y que había sido en todo momento su mejor aliada contra las condiciones más adversas posibles, esperando, paciente pero dispuesta.
Saboreando cada sorbo de ese gélido aire matinal, aún de madrugada, engranó la primera velocidad, haciendo escucharse en todo el todavía dormido vecindario (o así se lo pareció a él) ese sonoro y característico “clonck” que todo motero conoce y con el que empiezan siempre las mejores aventuras a lomos de una moto.
En unos minutos estaba ya en la gasolinera, donde el dependiente le saludó, casi incrédulo, en una mezcla de sueño y sorpresa, y pocos minutos más tarde emprendía, por fin, tras toda una noche de espera y los preámbulos indispensables, su viaje.
Y era justo entonces cuando despuntaba el alba; el día asomaba tímidamente entre las nubes con unos colores entre anaranjados y rosáceos que destilaban ilusión… dejando la vía secundaria que le alejaba poco a poco de su casa e incorporándose a la autovía para recorrer los pocos kilómetros del día que no iban a ser por carreteras comarcales, Lucas se dirigía a uno de sus puertos favoritos, que había seleccionado cuidadosamente incluyéndolo en la ruta del día para, digamos, empezar con buen pie.
Pasado ese tramo de curvas, en el que encontró aún menos tráfico del habitual dadas las horas que eran y en el que aún seguía asombrándose como el primer día por la belleza de los parajes que lo envolvían, empezaba una zona ya menos conocida. Y así, poco a poco, se alejaba de sus itinerarios frecuentes según los kms pasaban, acompañado en todo momento de esa fina lluvia que había estado presente toda la semana pero que no conseguía empañar su ánimo lo más mínimo.
Después de poco más de 200kms, decidió que había llegado el momento de hacer una parada en una estación de servicio; no era porque la moto necesitase realmente repostar, ya que el consumo resultaba muy contenido a su velocidad de crucero habitual, sinó porque rodar una buena cantidad de kilómetros rodeado de la espesa niebla presente en el último puerto requería una gran concentración y resultaba mucho más cansado, por lo que se imponía la prudencia y ésta obligaba a un descanso, siendo ese, además, uno de los últimos surtidores de la zona que él tenía controlada… y no había que olvidar que había salido de casa antes de lo previsto, así que el tiempo no suponía un problema.
Llenaba el depósito cuando oyó acercarse el inconfundible sonido de una DUCATi junto con otro que parecía, simplemente, el de una japonesa… no tardaron en entrar en la gasolinera las dos motos, ambas cargadas con equipaje y una de ellas, la japonesa que resultó ser una CBR 1000F, llevando “paquete”. Lucas se giró irremediablemente hacia ellos, cerrando el puño para luego mostrarles los dos dedos en forma de “V”, como inequívoco saludo de reconocimiento motero, a lo que ambos respondieron con sendos gestos. Unos minutos después, estaba intercambiando con ellos opiniones e impresiones sobre sus motos, como si de amigos de toda la vida se tratase, mientras el paquete de la Honda les miraba como extrañada de tal familiaridad, y es que si uno no era habitual de este mundo motero, podía resultar desconcertante la camaradería que suele acompañarlo.
Tras aconsejarse mutuamente cuidado, y viendo que la bruma se hacía menos densa, el improvisado grupo se separaba, ya que Lucas seguía adelante con su ruta, pero no pasarían muchos kilómetros antes de que escuchase de nuevo el característico sonido del motor bi-cilíndrico italiano… estaba parado, bajo la lluvia, esperando luz verde en el único semáforo que regulaba el tráfico de la travesía de un pequeño pueblo, cuando se le unieron de nuevo las dos motos que poco antes había dejado atrás, en la gasolinera.
El semáforo dio paso y los tres empezaron una andadura juntos… al poco de salir del pueblo, la lluvia empezó a arreciar y se vio además acompañada de un muro de niebla (si bien, tras lo que había pasado anteriormente, a Lucas aquello le parecía casi hasta sencillo en comparación), lo cual hizo que disfrutase más aún si cabe del tramo de unos 40-50kms que encontró algo más adelante y en que niebla y lluvia dieron tregua por un breve espacio de tiempo; un tramo de curvas rápidas enlazadas que discurrían por un precioso paisaje y en que el asfalto, a pesar de estar húmedo, daba confianza por el buen agarre y estaba además limpio por los muchos, seguidos y constantes litros de agua que habían caído sobre él en los últimos días. Así pues, ese trozo les dio la oportunidad de disfrutar de la conducción en grupo a "ritmo"; fluída, fina, casi compenetrada y a una marcha ligera, aunque segura y precavida, pero que permitía ir abriendo antes y en mayor medida el gas a la salida de las curvas e ir hilándolas, una tras otra, de ese modo que siempre hacía que a Lucas se le fuera dibujando una sonrisa debajo del casco y que la tierra dejase de dar vueltas. Los problemas, el paro, la crisis… todo se diluía o simplemente desaparecía durante unos preciosos instantes, la carretera se mostraba como un camino claro y "legible" a seguir y él se sentía como un niño; feliz, bailando con su Hayabusa de curva en curva con un entendimiento entre ambos que no necesitaba de palabras, ni siquiera de pensamientos, sinó de sensaciones y confianza... creo que posiblemente, si eres motero y has tenido la suerte de disfrutar de momentos como ese, hace ya rato que sabes a qué me refiero exactamente. Los kilómetros iban sucediéndose rápidamente de ese modo, hasta que llegó el momento de parar de nuevo a repostar; parada que sus improvisados acompañantes hicieron también y donde le alegró profundamente que las primeras palabras que captasen sus oídos al llegar a la gasolinera, parar ante el surtidor y quitarse el casco fuesen: "¡¡¡hay que ver, tío!!! ¡¡¡un 10 para ti!!! ¡¡¡qué bien me lo he pasado este trozo siguiendo tu rueda!!! ¡¡¡impresionante!!!" No estando seguro de si iban dirigidas hacia él, se giró para comprobarlo, encontrándose por toda respuesta con las caras sonrientes de los otros dos moteros, que le miraban pletóricos…
A Lucas, como a cualquiera, le llegaban los halagos y le gustaba oirlos, pero no era menos cierto que le llenó especialmente ese, sobretodo viniendo de una gente que en realidad casi no conocía, en un momento en que él mismo había sentido lo mismo, y habiendo sido él el cabeza de grupo de una forma completamente fortuita... además, el hecho de ver que le decían sinceramente que lo habían pasado tan bien a pesar de las inclemencias del tiempo y que se habían olvidado de ello para disfrutar del mismo modo que él de esa pasión por la moto, sobretodo siendo al fin y al cabo extraños, le hizo valorar aún más que hubiesen disfrutado juntos, de esa forma tan especial, los últimos kms. Mientras todos ellos echaban combustible, se sucedían los intercambios de impresiones, risas y comentarios de unos a otros... pero tal vez lo más bonito, incluso, era que hasta la acompañante que seguía sentada en el asiento de atrás de la CBR, quien en su primer encuentro les había estado observando con desconcierto, se había hecho todo ese tirón de kms en el asiento de atrás y parecía haber disfrutado tánto o más que ellos, los pilotos, sin muestra alguna de fatiga... incluso ella no sólo no había proferido queja alguna, sinó que no perdía la sonrisa en ningún momento, como contagiada por ese espíritu motero.
A partir de ese punto, al parecer, sus caminos se separaban, de modo que Lucas retomaba su aventura en solitario, acompañado sólo de su Hayabusa, pensativo.
Cuántos momentos como ese le brindaba a menudo esta pasión, cuántas vidas entrecruzadas con un denominador común… qué caracteres, edades, culturas y gustos tan dispares podía llegar a unir ese mundo tan mágico. Sí; lo cierto era que a pesar de las diferencias los moteros eran gente hecha de una pasta especial… ¿o tal vez fuesen todo imaginaciones suyas? Bien era cierto que sus amigos y familiares le repetían constantemente que lo suyo no era normal, que por sus venas corría gasolina… pero era algo más que eso, su corazón era un tetra-cilíndrico… seguramente gran parte de la culpa de ello la tenía la influencia que sobre él había tenido desde pequeño el ver a sus hermanos mayores vistiendo su trajes de cuero a lomos de sus enormes motos, cargadas hasta los topes, que partían con sus novias camino de increíbles aventuras…
Sí, no cabía duda de que eso había sido la semilla de todo, el motivo más directo de que él se interesase al principio por las dos ruedas, habiéndolas idealizado. Pero en realidad la clave de esa pasión por la moto estaba en las increíbles experiencias con que ésta le había obsequiado desde sus primeros pasos moteros, lo cual había nutrido esa semilla y la había hecho florecer con tanta fuerza.
Con esos pensamientos en mente recorrió muchos más kilómetros, hasta que la tercera y última parada del viaje se hizo necesaria.
Ya casi estaba en su destino; las horas habían pasado increíblemente deprisa, como también los kms, y en lugar de sentirse aliviado por la proximidad del final del trayecto, Lucas se sorprendía a si mismo deseando estar más lejos de su objetivo, del que ya apenas le separaban un centenar de kilómetros, para tener más tiempo con su moto...
Una hora después, aproximadamente, llegaba al hotel en que iba a encontrarse con quienes ya se habían convertido en verdaderos amigos y también con conocidos de Internet a los que iba a ver por primera vez y de los que no dudaba que tampoco tardarían en serlo.
Apenas había llegado y aparcado la moto cuando vio salir por la puerta principal a dos de ellos (uno de Galicia y otro de Bilbao) con una gran sonrisa en la cara y los brazos bien abiertos para recibirlo con el mayor y más sincero de los abrazos.
Sí, había llegado. El viaje se le había hecho corto; poco rato antes había deseado que éste hubiese durado más, pero en ese instante se alegraba profundamente de estar ya con sus amigos… ese iba a ser, sin duda, un fin de semana que le iba a dar muchos de esos momentos que ya no se olvidan.
¿Cómo era posible sentir tanta calidez rodeado de esas personas a las que hacía unos meses que no veía?… esa era la fuerza de esos momentos; la magia de ese tiempo robado a la vida cotidiana, el espíritu de ese tiempo para disfrutar de lo más sencillo, un tiempo que desearía poder compartir con su mujer, que no solía poder acompañarle, pero un tiempo también para sí mismo. Un tiempo de Lucas.
LucasTime.
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